miércoles, 11 de noviembre de 2015

Bufandas, bufandas, bufandas...


Llegó noviembre, y con él recupero mis bufandas: suaves, esponjosas, peludas, multicolores, largas, tipo cuello, de dos vueltas, con un nudo, ...



No me importa de qué textura ni de qué forma, todas me gustan, acompañando desde un traje a unos vaqueros.



 Mediado ya el otoño, ¿cómo resistirse a su recibimiento de brazos abiertos que se enroscan alrededor del cuello?

Yo, simplemente, no puedo.